En el MARGEN LATERAL IZQUIERDO están relacionadas las OPCIONES que te ofrecemos y en el CENTRO-DERECHA, las ENTRADAS que puedes ver.

martes, 8 de noviembre de 2016

La Reflexión (1)

Presentación:
Deseo, si puedo, analizar la REFLEXIÓN y sus formas de desarrollarla, con la máxima eficacia... ¡Lo intenteré!... ¡Leámos!

Todos estos artículos, incluídos en este título-raíz, o etiqueta "Sobre la reflexión", están ligados al librepensamiento, de tal manera que pueden considerarse como métodos aptos o consejos válidos para posibilitarnos el cumplimiento de nuestras obligaciones intelectuales. Imperativos y deberes que manan de nuestro propio derecho natural, como seres poseedores de inteligencia y en justa compensación por recibir este regalo de la Madre Natura, de Dios o de la atribución a quien, cada cual, quiera, libremente, designar. Si queremos ser agradecidos por la concesión de este "don", debemos corresponder a ello, como bien nacidos a los que premia la "divina providencia" o aquella resolución a la que, tú, desees asignarle... ¡Tengamos la fiesta en paz!... ¡Cada cordero con su rebaño!

Me quiero dedicar a publicar ciertas reflexiones ofrecidas, en la medida de lo posible, con la mayor seriedad y objetidad posible, y vertidas en algunos artículos míos o de otros que decidan aportar sus colaboraciones. Serán bienvenidos, pero, como se puede suponer, deberán contar con mi aprobación para ser publicados aquí. Cualquier pronunciamiento que esté en esta línea que muestro y con contenido novedoso y bien confeccionado, será recibido con gratitud por mi parte y, posiblemente por la mayoría de los lectores. Presentaré meditaciones que versarán sobre asuntos, con criterios independientes, que no repitan las falsedades o falacias con las que, muchas veces, nos bombardean algunos, por pasar "de boca en boca", sin ajustarse a la verdad, como viene siendo, ya, costumbre en estos tiempos confusos y revueltos... Algunos periodistas repiten informaciones que circulan por sus círculos, sin consultar las fuentes originales o adecuadas, una... ¡Enorme falta de profesionalidad, amigos!

La casi totalidad, por no decir todos, ya que suena mal y me parece algo injusto, de los críticos o comentaristas de moda, lo son, creo, precisamente por no salirse del marco establecido que ampara las opiniones que están en boga, esas o aquellas que se consideran aceptables para la gran mayoría de nuestra sociedad que, por otra parte y casualmente, es la que los alimenta o sustenta, aunque indirectamente. No se detienen demasiado a analizar si sus razonamientos están elaborados con equilibrio e imparcialidad, o si las corrientes de pensamiento por las que se dejan arrastrar son beneficiosas para nuestros verdaderos intereses generales, pues esa extraña y agitadora idea no les seduce, ni tiene, desde su óptica, aprovechamiento o rentabilidad.

¡Esto es lo que consideran ellos! ~ Y, así, cómodamente, lo prefieren pensar, porque, con lo contrario, podrían hacerles caer en el desprestigio, en un desprecio o rechazo general, y ¿quién sería el guapo que estuviese dispuesto a enfrentarse con esa posible temeridad? ¿Quién sería tan irresponsablemente osado como para aventurarse a caminar por esas tierras fangosas y diabólicas?... ¡No sé si están tan acertados como a ellos mismos les apetece imaginar! Entiendo que es su profesión y que deben cumplir con deberes que no siempre coinciden con sus predilecciones. Que se tienen que ganar la vida, sí, pero... ¿No es una excusa demasiado reiterada?

Seamos librepensadores formales, sin repetir sistemáticamente, todo aquello cuya veracidad se ponga en tela de juicio y, solamente porque lo leamos u oigamos en algunos medios de comunicación que no son, precisamente, los más acertados, en multitud de ocasiones. Nunca nos apartemos o nos alejemos del equilibrio y la sensatez. Busquemos ese sentido común, tan cacareado por los que menos se aproximan a él. Expongamos criterios independientes, pero no por simple rebeldía, sino con ánimo constructivo, analicemos las informaciones con mucha seriedad y honestidad... ¡Reflexionemos adecuadamente!


Aprendamos a interpretar las noticias y los datos con amplitud de miras y, sobretodo, por nuestra propia cuenta, con el fin de que no lo hagan por nosotros y no consigan engañarnos tan fácilmente... ¡Para que no nos manipulen! Pero hagámoslo con ponderación, seamos dignos de nuestra condición humana y cuadremos, antes de abrir la boca, nuestras conclusiones... ¿Que no es demasiado fácil?... ¡Que sí, lo sé! Pues para conseguirlo, creo que, como en toda labor bien planteada, es menester afanarse o trabajar duro, igual que si de un deporte se tratase. Cualquier disciplina requiere un entrenamiento y esfuerzo para dominarla o domarla... ¡Hasta un simple y común juego de naipes!... ¿O es que, acaso, piensas que estoy distanciándome de la realidad?... ¿No es muy oportuno o prudente lo que digo?... ¡Quizás! ~ Pero, opino que, en estos agitados tiempos, puede considerarse lo más aconsejable y, posiblemente, lo más urgente y/o importante para nuestro futuro.

¿No merece la pena mejorar nuestras expectativas? ~ Nos estamos acostumbrando, ya, a oír demasiadas trolas que, maliciosamente, se destinan a "comernos el coco"... Y no digamos de cuando esas patrañas son suplantadas por injurias, infamias, feas calumnias o difamaciones, graves ofensas que, en muchos casos, no nos queda otra solución que asumir el popularísimo "ajo y agua". ¿Es que va a resultar que todo es admisible, en esta época? ~ Como ciertas preguntas que unos pocos tertulianos se han formulado, en ocasiones, también yo interrogaría: - ¿Vale cualquier fórmula? ~ ¿El fin justifica el engaño como medio para conseguir algo de dudoso provecho? ¿Estamos completamente seguros de la validez de nuestras actitudes o mensajes? ~ ¿No sería preferible y conveniente para todos que, en algunas bocas, no entraran ni moscas, ni moscones?... No hablo de cercenar o recortar la libertad de expresión, sino de ejercerla con una mayor responsabilidad, pues, el no hacerlo, deriva en consecuencias a las que dicha libertad, en mi humilde opinión, no contemplaría como defendibles o ajustadas al espíritu de su esencia u objetivo... Revisemos, pues estos principios que, aunque con muy buena intención, logramos conformar como una herramienta de doble filo, un bumerán que puede volver y destrozarnos la cara.

Cualquier realidad se nos muestra, en la mayoría de las oportunidades, con el matiz que le desean asignar o atribuir algunos, netamente influenciados por razones o cuestiones ideológicas o de cualquier otra naturaleza. Cada cual intenta "arrimar el ascua a su sardina", sin importarle significativamente la verdad de los datos que maneja, los que, por otra parte, casi siempre, son escogidos por conveniencia, para argumentar sus conceptos preconcebidos, ya, con anterioridad. Procuremos resistirnos a ello, reflexionando con honradez y decencia intelectual, sin cobijarnos en las sombras que, supuestamente, mejor nos convienen. La honestidad espiritual, a veces, nos reclama una rendición de esfuerzos que pueden importunarnos lo suficientemente, al principio, como para molestarnos profundamente, aunque, después, siempre acabamos recibiendo el fruto que nos recompensa o gratifica por nuestro trabajo bien hecho. Debemos saber que, como casi siempre, al cumplir con las obligaciones éticas que nuestra condición humana nos impone, obtenemos la gratificación o el premio que las leyes naturales nos reservan. No obstante, que a nadie se le ocurra intuir que se trata de algo monetario o material. Puede que de consumo, eso, sí, pero y en todo caso, destinado a nuestra alma... ¡Que es la que más debe importarnos! Y no vaya a considerarse que esto es, gratuitamente, hablar por hablar, que lo es. ¡Ni tampoco pensar por pensar! Nada más lejos de mi sana intención, si es lo que está maquinando el lector, sino más bien todo lo contrario, puesto que necesitamos contrarrestar todos esos influjos producidos por los malos hábitos a los que me he referido ya y que son los que nos ofrecen y fuerzan a recibir unos pobres resultados, contraproducentes, en ciertas ocasiones, hasta para sus más acérrimos defensores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario