Nietzsche decía que "...lo que, en una época, se consideraba malo, por lo general, es una reedición intempestiva de lo que, en otro tiempo, se tuvo por bueno: El atavismo de un ideal más antiguo..."
Es decir, hablar a contracorriente, pero que escuchen todo lo que una crea y esté firmemente convencida, como lo de que los seres humanos no se deben adaptar a la vorágine de los tiempos, sin que, con ello, la mayoría piense que son anticuados... ¿Me expliqué, o no?
JHMensaje:
Lo contrario del Atavismo podría ser su rechazo sistemático, o sea, lo mismo que, hoy, estamos haciendo por costumbre, en esta "moderna" sociedad nuestra. Los jóvenes de esta época, raramente aceptan validar cualquier cosa procedente de tiempos anteriores.
Eso es algo muy viejo ya. Lo uno y lo otro, forman parte de las llamadas "irracionalidades" del ser humano. La cita de Friedrich Nietzsche se refiere a esa tendencia, la que, a lo largo de la Historia, excluyó algunas consideraciones antiguas por creerlas obsoletas, inapropiadas para la actualidad de cada época. Se trata de un rechazo ilógico que acostumbran a tener ciertos individuos cuya evolución no ha alcanzado el grado de visión suficiente para percibir la relatividad de la Verdad y la objetividad de las cosas.
Como creo procedente para un librepensador entrenado, mi opinión sobre la objetividad sería considerar que no cabría dar por cierta una pequeña y relativa verdad que cambiase su validez según el tiempo en la que se plantease. Para mí, sería inadmisible, pues la atemporalidad es una condición indispensable para la aceptación de cualquier trocito de verdad que podamos encontrarnos. Una verdad no puede cambiar, ni por el tiempo, ni por el lugar, ni por ninguna otra circunstancia. Si hay variación en su contenido, es falsa... ¡Rotundamente! Si la lógica no me falla...
La imitación a nuestros familiares es, en cierto modo, natural, pues nuestro aprendizaje, sobre todo en nuestros primeros años se basa en la emulación como vía rápida para nuestro desarrollo. Por lo tanto, con el solo hecho de ver a cualquier miembro de nuestro entorno actuar, ya nos está inculcando su forma de proceder. Lo correcto, para educar en el librepensamiento, sería enseñar a nuestros hijos a pensar sin adoctrinarles en absoluto, sin intentar construirles su base ideológica a nuestra manera, sino dejarles hacerlo libremente, con la ayuda que precisen para el necesario entendimiento de su obligación como seres racionales que somos, ofreciéndoles los conocimientos suficientes para la captación de todas las opciones intelectuales disponibles... ¡Y que las manejen ellos solitos!
Intuyo que el rechazo a lo anterior o antiguo está ligado al rechazo a lo moderno o posterior. Los padres que repiten a sus hijos: "Los jóvenes no sabéis nada...", están propiciando, con su acción, la lógica reacción de éstos, al crecer, construyendo su correspondiente rechazo al atavismo. Es un bucle que convendría desterrar de nuestros comportamientos, ya que, como dije antes, ni lo uno, ni lo otro, nos conviene fomentar, pues no son más que prejuicios tan estúpidos como cualesquiera otro que podamos aceptar. La Verdad se reparte entre todas las cosas, todas las épocas, todos los lugares, todas las circunstancias... ¡Entre todo!... ¡No lo dudéis nunca!
Por último, querida Laura, ya te dije, en otro comentario, que las ideas firmes, a mi entender, no son positivas para nuestra evolución, pues nos impiden cambiarlas en caso de estar mal construidas, un traspié que nos puede pasar a todos. La firmeza hace que se rompan las cosas. La adaptación y evolución requieren flexibilidad, o sea: Tolerancia, cuestionando siempre nuestro ideario con honestidad, cosa que, a mi parecer, es contraria al fanatismo. Mi consejo, en consecuencia, es no emplear las palabras "firmemente convencida", si no es en la siguiente frase: "Estoy firmemente convencida de que no hay que estar firmemente convencida de nada." ~ Podríamos considerar a esta afirmación como hija legítima de "Sólo sé que no sé nada." de mi querido Sócrates.
Nietzsche -Wikipedia- -Sócrates->
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