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martes, 8 de noviembre de 2016

DEPRESIONES (2)

¿UN AMANTE?...   ¡Para la DEPRESIÓN! ~

Imagen de JHM Aquí traslado, en la primera parte, un artículo que no es mío, textualmente, sin corregir faltas de ningún tipo... ¡El resto, SÍ, forma parte de mis propias opiniones y consejos!
No soy psiquiátra, ni psicólogo, pero llevo muchos años padeciendo esta desagradable enfermedad, poco conocida por los que no la padecen... ¡Y los hay que, hasta se burlan de ella!... ¡Pobre gente!

Hay que tener un amante...

Publicado el 4/8/2013 por "La Brújula del Ciudador".

amante

Muchas personas tienen un amante y, otras, quisieran tenerlo. También están las que no lo tienen, o las que lo tenían y lo perdieron. Y son, generalmente, estas dos últimas, las que vienen a mi consultorio para decirme que están tristes o que tienen distintos síntomas como insomnio, falta de voluntad, pesimismo, crisis de llanto o los más diversos dolores.
Me cuentan que sus vidas transcurren de manera monótona y sin expectativas, que trabajan nada más que para subsistir y que no saben en qué ocupar su tiempo libre. En fin, palabras más, palabras menos, están verdaderamente desesperanzadas.
Antes de contarme esto ya habían visitado otros consultorios en los que recibieron la condolencia de un diagnóstico seguro: ”Depresión” y la infaltable receta del antidepresivo de turno.
Entonces, después de que las escucho atentamente, les digo que no necesitan un antidepresivo; que lo que realmente necesitan, ES UN AMANTE.
Es increíble ver la expresión de sus ojos cuando reciben mi veredicto. Están las que piensan: ¿Cómo es posible que un profesional se despache alegremente, con una sugerencia tan poco científica? Y también están las que, escandalizadas, se despiden y no vuelven nunca más.
A las que deciden quedarse y no salen espantadas por el consejo, les doy la siguiente definición: Amante es: “Lo que nos apasiona”. Lo que ocupa nuestro pensamiento antes de quedarnos dormidos y es, también, quien, a veces, no nos deja dormir. Nuestro amante es lo que nos vuelve distraídos frente al entorno. Lo que nos deja saber que la vida tiene motivación y sentido.
A veces a nuestro amante lo encontramos en nuestra pareja, en otros casos en alguien que no es nuestra pareja. También solemos hallarlo en la investigación científica, en la literatura, en la música, en la política, en el deporte, en el trabajo cuando es vocacional, en la necesidad de trascender espiritualmente, en la amistad, en la buena mesa, en el estudio, o en el obsesivo placer de un hobby… En fin, es “alguien” o “algo” que nos pone de “novio con la vida” y nos aparta del triste destino de durar.
¿Y qué es durar? – Durar es tener miedo a vivir. Es dedicarse a espiar como viven los demás, es tomarse la presión, deambular por consultorios médicos, tomar remedios multicolores, alejarse de las gratificaciones, observar con decepción cada nueva arruga que nos devuelve el espejo, cuidarnos del frío, del calor, de la humedad, del sol y de la lluvia. Durar es postergar la posibilidad de disfrutar hoy, esgrimiendo el incierto y frágil razonamiento de que, quizás, podamos hacerlo mañana.
Por favor, no te empeñes en durar, búscate un amante, sé tú también un amante y un protagonista… ¡De la vida! Piensa que lo trágico no es morir... Al fin y al cabo, la muerte tiene buena memoria y nunca se olvida de nadie.
Lo trágico, es no animarse a vivir... ¡Mientras tanto y sin dudar, búscate un amante!
La psicología, después de estudiar mucho sobre el tema, descubrió algo trascendental: “Para estar contento, activo y sentirse feliz, hay que estar de novio con la vida”.

Jorge Bucay

Añado la respuesta que di al siguiente comentario:
Samuel:
Este artículo calca lo que siento, o mejor dicho lo que padezco. Y eso que estoy casado, tengo trabajo, pequeñas aficiones… pero no me llenan, no sé si es depresión o qué. Si os pasa lo mismo que a mí y tenéis la ilusión de que algún día encontréis a ese algo o a ese alguien que os encienda la llama de la ilusión, por favor decídmelo. La verdad es que necesito ánimos y algún consejillo me vendría bien.

 
 Jaime Hornero:
Samuel, la depresión es algo que acecha al ser humano, desde que, éste, supongo, dejó de tener que cubrir, con cierto esfuerzo, las necesidades vitales más necesarias para su subsistencia, lo que hace que perdamos interés por ella, en mi opinión, por la simple razón de que lo fácil no estimula y, en cambio, las dificultades tienen el aliciente, cuando son superadas, de hacernos sentir nuestra relación con la vida, pudiendo alcanzar lo que llamamos "felicidad", que no es diferente a lo que, yo, calificaría como "satisfacción del deber cumplido" o "gratificación por las cosas bien hechas"... ¡Así es como enfoco, yo, este tema! ~ Esta sociedad, llamada del "bienestar", tiene poco de natural y, por lo tanto, debemos equilibrar la balanza de acuerdo con las leyes de la naturaleza... ¿Qué debemos hacer? ~ Suplir la carencia de esos elementos básicos por otros proyectos que nos mantengan vivos, imponiéndonos la obligatoriedad de realizarlos con ilusión o vocación. Lo normal es que cada uno busque o intente apuntarse a la actividad que más se acople a su idiosincrasia. En la sección de "REFLEXIONES" de mi página web "El Club del Ocio JHM", tengo la intención de colgar un artículo sobre esta cuestión, pero necesito unos días, pues, ahora, estoy muy ocupado... Tengo mucho que decir sobre esta enfermedad, la cual he padecido también y quiero hacerlo debida, responsable y decentemente. Aprovecharé este comentario para que me sirva algo así como de plataforma de arranque o de partida. Así que, de momento, sólo puedo decirte... ¡Ánimo! Hay forma de superar esto y doy fe de ello. ¡Salud y suerte, amigo!
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Y, éste es un comentario añadido el 8-8-13
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Quiero meditar seriamente y exponer mis valoraciones, para el aprovechamiento de todos y, más que sobre el artículo en sí, pues ya lo he hecho anteriormente, sobre los comentarios que vertirmos en este blog, sobre él y, en general, sobre este interesante y apasionado tema... ¡El de engancharse a la vida! ~ Mi criterio es que debe aceptarse la sana realidad de que cada uno tengamos nuestras propias opiniones, pues es nuestro deber como seres racionales que somos o deberíamos ser, aunque creo que, también, tenemos la obligación moral de elaborar nuestros pensamientos con algo más de fundamento y conocimiento... ¡Algo de raciocinio!

La depresión es un tema muy delicado y hay que trabajar mucho para alcanzar su entendimiento. Algunos comentarios simplistas podrían conseguir dañar a la persona que sufre, sin que el hacerlo beneficiara a su autor o le solucionara sus propios apuros, preocupaciones o contratiempos, luego... ¿Porqué hacerlos?... ¿Para alimentar polémicas? ~ Como yo lo veo, el camino más racional para dar solución a nuestros problemas es querer poner remedio o, al menos, no obstaculizar más, los de los demás. Ayudarnos unos a otros, puede significar dar un paso adelante en esta larga andadura humana... ¡Mucho mejor que ponernos zancadillas!

La felicidad, o simplemente las ganas de vivir, no es un sentimiento tan fácil de controlar como unos cuantos aseguran y me extraña mucho el que algunos de mis congéneres no hayan captado, aún, la triste e indudable verdad, demostrada por la Historia, de que siempre han existido seres humanos "Felices sin nada", así como, también, lo ha habido "Vacíos con todo", incluyendo toda una gama o abanico de gradaciones entre los primeros y los segundos, que serían los últimos... Es como Dios lo ha querido, para los que crean en Él, como nos ha hecho la Naturaleza, para los que crean en Ella, o como tu tercera opción, tan válida como cualquiera... ¡Qué sé yo! Si lo supiera, no estaría, aquí.

Me parece de una relativa comodidad, el pensar que el resto de "mortales" debería sentir la felicidad con aquello que, nosotros, podríamos conseguir alcanzarla o teniendo las mismas condiciones para llegar a serlo. No somos iguales, luego... ¿Porqué hemos de sentir igual? ~ El aspecto cultural de esta materia o temática es importante, pero no decisivo, salvo mejor juicio... ¡Siempre han nadado y nadarán, algunos peces, en contra de la corriente! De ahí que aconseje, a cada cual, buscar su propio camino y que se imponga sus propias metas y formas de trabajar para alcanzarlas.

Por otra parte, las creencias y dogmas sectarios, como los religiosos o de cualquier otra índole, no deben mezclarse con las reflexiones intelectuales, si quieren ser respetadas, pues son de "otro reino"... ¡Al César, lo que es del César! ~ Son asuntos de fe, confesiones que no pueden convivir con los razonamientos. Los credos clericales no se explican, ni se razonan. Podría decirse, por poner unas gotas de humor a esta intervención mía, tan grave y seca, que las doctrinas, las tomas o las dejas... ¡Como se dice de las lentejas! ~ No son ideologías, sino principios que pretenden suplir a la moral, cuando ésta está ausente, por consiguiente veo fuera de lugar, cualquier pretensión de incluirlas en este, ya de por sí, desordenado debate o coloquio...  ¡Cada cosa, en su sitio, amigos!...   ¿Convienes, en ello, conmigo, compañero?

En resumen, según como yo lo capto, la felicidad, la ilusión, la vitalidad o cualquier otra sensación o emoción se pueden tener, o dejar de tener, estando solos o acompañados, buscándolos fuera o dentro, poseyendo todo o nada y cualquier otro condimento que se te pueda ocurrir, entonces... ¿Qué debemos hacer? ~ Yo considero que cada uno tenemos que buscar nuestro camino y, esto, es perfectamente compatible con ofrecer nuestra ayuda a todo el que la necesite, pues quiero apreciar que el ser humano no se construye individualmente, sino que es un individuo que se construye colectivamente. La colaboración entre nosotros y el intercambio de las plurales visiones, sobre cualquier asunto, nos enriquecen... ¡Resistirnos a esta evidencia, es frenar nuestro desarrollo!



Nuestra evolución o realización como personas, en todos nuestros cuerpos, nos acerca a la Divinidad. Yo llamo a esto: Cumplir con nuestro deber de seres humanos privilegiados, por nuestra dotación de inteligencia y que hemos venido a este mundo, para aprobar un curso. Si suspendemos habrá infierno, el de tener que repetirlo, en contra de nuestra voluntad como espíritus. Si lo aprobamos, habrá paraíso, por tener la satisfacción de, si no fue una evolución completa, volver al siguiente curso, más agradable y satisfactorio que el primero. Los religiosos lo plantean de otra manera, pero, yo, lo presiento así... ¡Qué le vamos a hacer!... ¡Soy agnóstico! y, como ideología, practico el librepensamiento. ¿Raro?... ¿Malvado?... ¡No lo sé! Simplemente, son mis creencias, las que me obliga a practicar mi conciencia...  ¡Mis propias y sincerísimas convicciones!...  ¡Qué lata os estoy dando! ¿Verdad?

Como ya dije, antes, en mi primer comentario a este bonito artículo, en breve, colgaré un nuevo apartado que enfoque esta explosiva cuestión, con más análisis y estudio, como debe hacerlo cualquier librepensador que se precie. En él, plantearé mis experiencias personales y las conclusiones que he sacado de ellas... ¡Pero tardaré!... Se me acumula el trabajo y... ¡No quiero, ni es bueno, correr para realizarlo! Si queremos que salga bien.

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