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martes, 25 de febrero de 2014

Ciencia y Religión ~ 2ª parte (ATEO)

Sobre Ciencia y Religión...
2ª parte: Ateísmo y Agnosticismo

La palabra “ateo” es uno de los términos cuyo significado confunde a mucha gente. Es en donde más errores de interpretación solemos cometer, comúnmente. La mayoría de los diccionarios definen a esta voz, textualmente,  como “Que niega la existencia de Dios”. Ésta, para mí, además de correcta, resume, en las mínimas palabras, todo el argumento que aclara el pensamiento ateísta.

El diccionario María Moliner se recomienda, a veces, en las escuelas de este país, por lo que, antes de conocerlo, suponía que sería mejor que los demás, pero fallé en mi suposición, pues he comprobado que tiene muchos errores y, los peores son sus diferencias de redacción, como en el caso que nos ocupa, en el que la descripción que se emplea se presta a engaño. Ésta dice así, textualmente: “Se aplica al que no cree en la existencia de Dios”.

La diferencia entre estas dos definiciones, por su redacción con aparente similitud, son, en realidad, absolutamente contrapuestas, pues la segunda puede aplicarse tanto al ateo como al agnóstico. No creer en la existencia de Dios, no significa negarla. Yo soy agnóstico desde muy joven y cada vez más convencido. No puedo creer en la existencia de Dios, porque, como librepensador, no acepto ninguna creencia que no se me pueda demostrar, pero no poder demostrar algo no significa que no exista, así que me abstendré, siempre, de validar esa prepotente negación. Bien al contrario, seguiré pensando que algo existe, pues no puedo imaginarme que la casualidad haya construido un mundo lleno de complejidades y misterios, como si se tratase de una magia perfecta y “a lo grande”. No me parece que llegue a aceptar esto, nunca.

Mi opinión está totalmente en contra del pensamiento ateísta. Antes sería creyente que ateo... ¡Con toda seguridad! De hecho, soy creyente, pero en algo que no coincide con las doctrinas de ninguna secta religiosa, entre otras cosas, porque lo que yo he observado en ellas, es mera contradicción. Ninguna pone en práctica las instrucciones o el mensaje de su idolatrado. Se limitan a interpretar, a su conveniencia o interés, las palabras de su mensajero, dando forma a los dogmas en los que se basa su religión. Asegurar una creencia es cometer la misma incorrección que negar todo lo que no se pueda demostrar. Esto, según mi consideración, constituye la base de la lógica.

Aclarando un correo de cierto amigo mío, sobre la definición de la palabra "ateo", le digo que no deben tenerse teorías personales, pues las palabras no son opiniones, sino elementos que plasman una determinada idea o concepto. Lo que debemos hacer es, simplemente, aprenderlas y aprenderlas bien, pues ahí estará la clave del éxito que podremos obtener en nuestras comunicaciones o conversaciones.

Las definiciones del léxico, no se discuten, se aclaran, se explican, se aprenden, pero no es ahí, en donde debemos buscar la controversia o la disparidad de opinión, sino en el concepto en sí, de las ideas. Las palabras pueden ser mal empleadas, mal escogidas y podemos tener una noción equivocada de su significado. Deberemos corregir ese error y no enzarzarnos en discusiones bizantinas, pues es algo inapropiado, que no nos conducirá a mejorar nuestra cultura, ni nuestra capacidad de comprensión. Todas las acepciones tienen, ya, sus matices determinados y clarificados, aún cuando se trate de vocablos usados para expresar dudas, pues ésas son, precisamente, sus definiciones.

Mi amigo escribe: “que todos los niños son ateos, pues no tienen idea alguna de Dios, no? Es la educación de la infancia lo que forma las convicciones.”. ~ El ateo está convencido de que Dios no existe, los agnósticos de que no se ha probado que exista, aunque sospechemos de que algo debe haber detrás de tantos fenómenos que asombran al menos crédulo. Los niños están en la misma posición del que no sabe, no contesta, ni le importa... ¡La ignorancia! ~ Nuestros niños están fuera de cualquier tendencia, salvo que nos haya salido un “lumbreras”. No pueden ser ateos porque no están convencidos de que Dios no existe; simplemente, lo desconocen porque no se lo han planteado hasta ahora... ¡Ya llegará el momento! ~ La educación de los niños debe servir para construir una base o plataforma intelectual sólida, en la que puedan levantar, una vez preparados, sus principios morales y su ideario personalizado, o sea, intentar desarrollar su instinto particular para que se formen como librepensadores, liberándolos de las cadenas de los prejuicios, sobre todo de los que llevan al odio, en nombre de las buenas tradiciones y costumbres ancestrales.

Por último, precisar que el agnosticismo considera que estas verdades tan discutidas a lo largo de la historia, no se han resuelto, ni se resolverán nunca, porque no están al alcance de nuestro entendimiento, de ahí que considere mi postura como la más acertada. Dicen que, ante la duda, debemos abstenernos...
¿No es lo más prudente y razonable? ¿O tan equivocado estoy?
   

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