JHModelo de Democracia ~3
~ Tercera y última parte ~
El antidemocrático sistema electoral actual, de nuestra querida partitocracia, mal llamada "democracia", funciona de forma inversa al que propongo, a saber: Elegimos, en la práctica, aunque, en la teoría, no sea así, de entre dos o más proposiciones de candidatos, los cuales, personalmente, desconocemos, nada más y nada menos que al mismísimo presidente del gobierno, el cual está, ya, de un plumazo, en la cúspide de la pirámide nacional, éste elige a los ministros y, ese y/o éstos, a los secretarios, pero... ¿Es lo más correcto?... ¿Nos lo hemos planteado, al menos?... ~ Es de puro objetivismo, a mi parecer, que todas las teorías tienen sus puntos de apoyo y, ésta, no se me antoja una excepción. No voy a discutir sus ventajas, sus pros, pues ya estarán dispuestos a ello, sus partidarios, pero, después de haberlo meditado profunda y seriamente, considero más acertada una posición, como la mía, que apunte hacia una elección desde abajo, subiendo peldaños, hasta culminar con una mejor elección de los secretarios, éstos al ministro y el consejo de ministros, al presidente del gobierno. No quiero, ahora, dar muchas razones o justificaciones, para daros la oportunidad de que éstas sean debatidas, posteriormente... ¡A lo mejor, cambio de idea, después!... ¿Con esto, creéis que no tengo las ideas claras, o un ideario sólido?... Quizás no hablemos de una misma claridad o solidez, pero las tengo muy claras y lo tengo muy claro, según mi propio concepto de dichos términos, y, por eso, quiero explicarme, aunque brevemente, para no cansaros en exceso... ¡Tendremos tiempo de ampliar conceptos!... ¡Si es lo que queréis, claro!
Imaginándome, lector, que te estuvieras planteando esta pregunta: ¿Qué teoría o modelo tuyo es ese que es susceptible de cambios en su planteamiento? ~ ¡Bien!... Pues intuyo que no eres un buen librepensador, amigo, aunque es lícito opinar así, pues no estamos acostumbrados a tomar decisiones conjuntamente, a escoger la mejor proposición que nos parezca a la mayoría, siempre que la mayoría piense individualmente, o sea, con cada elemento reflexivo por separado y, no, todos a una, como corresponde al criterio partidista, aunque nos confiesen que no estoy acertado. Eso del “CONSENSO” es una palabra que conocemos todos, pues se repite frecuentemente, pero... ¿Qué queremos decir, la mayoría de las veces, con ella? ~ Perdonad mi ironía, una vez más, pero voy a parodiar al político que peor os caiga a cada uno... ~ ¡Escogedlo! ~ Éste diría así: “¡Muchachos!... Mi talante democrático es, incuestionablemente, el más grande. Por si lo dudáis, mirad lo que os digo. Tengo mayoría absoluta garantizada, pero, aún así, quiero y voy a consensuar mi política y mis actuaciones principales con todos y cada uno de vosotros, pues es lo más sano, democráticamente hablando, por lo tanto, os consultaré a todos, todos y todos, y aquellas opiniones que coincidan con las mías, serán incluidas en mis conclusiones y toma de decisiones.”... ¿~?... ¡Pasemos página!... ¡Anda! (En México: ¡Ándele!)
Los foros políticos profesionales
Pasando a la seriedad que se merece esta temática, los foros políticos profesionales tendrán su origen en cada uno de los gremios y cualquier otra actividad que necesite una elección especializada. Sus foros políticos estarán ubicados en el sitio más propicio para evitar desplazamientos innecesarios y se abrirán tantos como resulte necesario, en escuelas, hospitales, juzgados, mercados, oficinas, polideportivos y cualquier otro lugar en el que se practique una actividad merecedora de tal actividad. Los delegados que salgan elegidos de cada foro, en número a determinar convenientemente, compondrán los foros del siguiente peldaño de mi escalera piramidal, los foros políticos comarcales. Éstos se constituirán con todos los delegados elegidos de los foros políticos pertenecientes a esa comarca, a precisar por ellos mismos, pues dependerá de la población, la actividad y otras circunstanciales peculiares de cada lugar. De ahí, saldrán los representantes necesarios para nutrir los foros políticos provinciales, los cuales formarán el siguiente escalón. De éstos saldrán los portavoces que debatirán en el foro político regional, las cuestiones relacionadas con su comunidad, nombrando, a su vez, una representación que se uniría a las del resto de regiones que conforman el estado, constituyendo los penúltimos foros políticos, los estatales o nacionales. De éstos, saldrán, por fin, los secretarios de cada gremio o actividad de cualquier otro tipo, aunque no fuera profesional. Bastaría con que fuese de interés público, cuales son las asociaciones sin ánimo de lucro. Los ministerios se formarán en el último foro político, el del Consejo de Secretarios. En este último foro se repartirán las carteras ministeriales y se elegirá al ministro correspondiente. Por lógica, la elección recaerá sobre el que vean con más idoneidad y mejor preparación, votándole aquellos que más entienden y saben de cada ministerio concreto. Como ya he dicho, el presidente será elegido por la mayoría de los ministros y, no, como ocurre ahora, a la inversa.
Generalmente, o la inmensa mayoría de los foros políticos, comarcales, provinciales, regionales y estatales, se ubicarán, por lógica, en la capital de cada provincia o comunidad a la que pertenezcan, sin olvidarnos de que pudiera haber casos en que la conveniencia señalara otra población de la misma, por su situación geográfica, población y cualquier otro aspecto que condicionara su elección como sede correspondiente. Mi modelo de democracia, da preferencia a la decisión de la mayoría de los afectados, anteponiéndola a criterios ya establecidos, tanto geográficamente, como de cualquier otra índole. En resumen, el pueblo debe elegir el lugar y la forma de tratar sus asuntos y, no, delegar esto en autoridad alguna. El gobierno de los foros atenderá, únicamente, a las decisiones emanadas de la mayoría de sus miembros, no pudiendo tomarse, éstos, atribuciones que correspondan a un nivel superior en la escala de estos foros políticos. Los pormenores deberán decidirse en cada foro, los cuales tendrán la potestad de cambiar sus normas o leyes, en cualquier momento, de acuerdo con un amplio consenso de sus respectivos miembros.
Terminando, ya la exposición de mi modelo, en cada foro político se elegirán, a la vez que los miembros que representarán al foro de que se trate, en el siguiente eslabón, también a las autoridades necesarias para el gobierno de sus circunscripciones, ateniéndose, los encargados, a las leyes y dictámenes de sus superiores. En caso de conflicto, entre las diferentes escalas, no me parece propia la forma de solucionar las discrepancias, obedeciendo al superior, como hasta ahora, hemos considerado predominante. Por mi experiencia personal, he aprendido que, en muchos casos, la razón no está de parte del que ostenta la jefatura, el mando o el poder. Consecuentemente, estimo que harían falta órganos e instituciones que arbitraran estos desacuerdos, proponiendo, si llegara el caso, al gobernante que consideraran merecedor de ser sustituido, al foro político correspondiente, informando de los motivos o irregularidades cometidas. Estas entidades saldrían de los mismos foros, en paralelo, formando una segunda autoridad, la que se ocuparía de enviar miembros cualificados a cada foro profesional con voz y voto, así como del control y vigilancia que favoreciera un buen funcionamiento de los gobernantes, sin mezclarse en asuntos que competieran a la justicia, pues para eso estarían los jueces. Éstos, también tendrían su órgano de control, dependiendo de un consejo formado por representantes elegidos por los jueces y delegados de la correspondiente institución integrada en esa segunda autoridad de la que acabo de hablar. Este órgano de vigilancia deberá dictar normas severas para quienes administraran justicia a su manera y conveniencia... ¡Ya me entendéis!
Y, aquí, termina el resumen de mi borrador de bosquejo, el cual podría desarrollar, aún más, pero sería estúpido llevarlo a cabo, cuando hay personas que, en sus correspondientes áreas, están mucho más capacitadas que yo, para realizar este cometido, el de la terminación de los famosos "flecos"... ¡Y esto es todo, amigos! ~ Quien quiera, que empiece a criticar estas maquinaciones mías... ¡Se lo agradeceré! ~ Y espero que los demás, también... ¡Hagan sus cábalas, señores! ¡Y señoras, claro! Entiéndase siempre así y no me lancen las fieras del feminismo...
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