Este ejemplo lo empiezo con un comentario de Nieves Rivas, a la que dedico este artículo y del que espero saque una buena lección, pues es asimilable a cualquier otro tema de igual calado. Se trata de la entrada en "MUSICAL" del cantante José Feliciano en la que, aludiendo a su ceguera, comenté su buena interpretación musical, a lo que ella me respondió:
"¡Amigo Jaime!... La gente invidente tiene un sexto sentido que el resto no lo desarrollamos ni con entrenamiento... ¡Tienen mucha sensibilidad!"
JHMensaje:
Mi buena y noble amiga, lo que me dices demuestra que no has entendido bien uno de mis principales mensajes, repetido en varios de mis artículos, el del trabajo o "entrenamiento". Intentaré hacértelo entender con este ejemplo que nos viene muy al pelo: Comúnmente se dice, aunque no es cierto, que los invidentes tienen un sexto sentido... ¡Nadie lo tiene! ~ Eso es sólo una expresión o dicho popular que, a modo de refrán, viene a justificar la necesidad que tiene cualquier carencia de ser suplida por otra, con el fin de equilibrar la capacidad sensitiva de un individuo incapacitado. Todos los invidentes deben desarrollar, y así lo hacen, el resto de los sentidos para suplir su falta de visión. Desarrollando más el oído, pueden apreciar mejor lo que está a su alrededor y, a su vez, desarrollando el sentido del tacto, lo mismo les sucede. Por lo tanto, aunque sea inconscientemente y por la obligación que requiere la necesidad, se ven forzados a entrenar más los otros sentidos que cualquier otro individuo sin su carencia... ¡En pura lógica! Pues, de no hacerlo, peligraría su supervivencia. La mayoría lo hacen inconscientemente y por pura necesidad. No nacen con ningún sentido adicional. sino que desarrollan más otros para compensar... ¿Cómo lo hacen?... ¡Entrenando todos aquellos que le son útiles para actuar a su favor!... ¿Cómo los entrenan?... Viéndose forzados a emplearlos por no disponer de otra forma más cómoda para percibir sensaciones o acontecimientos que le afecten. ¿Quién, teniendo buena vista, bajaría las escaleras con los ojos cerrados?
Yo lo he hecho, pero sólo a veces y con ese mismo propósito. De haberlo hecho siempre, habría desarrollado más el sentido del tacto y otros aspectos corporales, como el equilibrio.
En las escuelas de filosofía oriental, así como en las esotéricas, esta cuestión forma parte del aprendizaje o cultura de los sentidos, con el fin de preparar a los iniciados en técnicas más evolutivas para un óptimo desarrollo de todos los cuerpos del Ser humano. La mayor diferencia que hay entre las enseñanzas filosóficas orientales y las nuestras radica en la importancia que ellos dan al desarrollo del cuerpo sensitivo. Por lo tanto, hacen casi lo mismo que nuestros ciegos, aunque conscientemente y conociendo la importancia de lo que practican y sus beneficios. ¿Por qué entrenan tanto?... Porque saben que no han nacido con ese "sexto sentido". Porque saben que lo que se les concede al nacer debe ser desarrollado plenamente para una perfecta evolución integral de la persona. No hay misterios, es pues... ¡Así de sencillo!
Y no asegures, Nieves, amiga mía, eso de que "el resto no lo desarrollamos ni con entrenamiento", pues también es falso y creo habértelo justificado suficientemente.
Tenemos que saber diferenciar los dos componentes principales en nuestra evolución personal:
1.- Lo que traemos al nacer (o herencia), bien sea por los genes o, como hay quien dice, por el resultado de nuestras vidas anteriores y...
2.- El trabajo o "entrenamiento" que realizamos en esta vida.
3.- El resultado de nuestra evolución es la multiplicación del primero por el segundo. Así lo entiendo yo. Esto forma parte de mis creencias y es discutible.
Lo que no es discutible, por ser información contrastada y consolidada es el hecho de que todas las personas, invidentes o no, mejoramos cualquier cosa que entrenemos... ¡Es una obviedad! Si no... ¿Cómo Rafael Nadal habría desarrollado su extraordinario tenis o Marc Márquez, su habilidad para conducir motos?... ¡Y no son ciegos! ~ ¿Y por qué más ciegos no han desarrollado el mismo arte musical que poseen la escasa docena que conocemos?... ¿Era ciego Mozart?... ~ Estas preguntas sólo son un complemento para adornar los argumentos más lógicos ya expuestos, pero también tienen que ser tenidas en cuenta. Espero que sean éstos, argumentos más que suficientes para desmontar esa creencia popular infundada.
Un cuento cortísimo JHM dice que una vez, un hombre decía constantemente y a todos: "¡Esto no lo podría hacer yo, ni aunque me matasen!" y repetía: "¡Hay que tener un sexto sentido para lograrlo!" y "¡Nunca sería capaz de conseguir eso!". ~ Un buen día, tuvo un accidente que provocaron algunas lesiones que le privaron de ciertos atributos. Tuvo que adaptarse a su nueva situación y aprendió a hacer todo aquello que había perjurado que no haría. El desarrollo del cuento lo dejo a vuestra imaginación... También es bueno, aunque sólo a veces, desarrollarla.
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