De mí, se puede saber de todo, aunque me critiquen por ello, como ya ha sucedido, desgraciadamente, hace dos o tres días, con un matrimonio feliz... ¡Digo yo! ~ Yo soy así y, así, seguiré.
Es muy sencillo: si digo que soy sincero, lo soy y... ¡Ya está! ¿Para qué hablar más? ¿Para qué daros más razones o explicaciones, si lo único que vale es el cumplimiento de lo que digo, en la realidad? ~ Hoy día, en nuestra moderna sociedad, para vuestro conocimiento y para que perdáis el temor, no queman a nadie en la hoguera... ¡Ni siquiera a los sinceros! ~ Pero, si así lo hicieran, me tendrían que dar una pasada por la lumbre, pues no creo que, por ese ínfimo detalle, consiguieran cambiar mi moralidad. ¿Qué importancia puede tener un poco de calor, más o menos?
Como supongo que te refieres, amiga presumida, a los problemas de salud que aludo con frecuencia, últimamente, se trata de una vil depresión mayor y endógena que arrastro desde hace más de dos décadas. Estos trabajos altruistas me vienen de perlas para ayudarme a controlarla, pues me satisfacen más que, a los niños, unos buenos caramelos, o más que, a casi todos vosotros, un hermoso salario. Los disgustos de estos últimos cuatro o cinco días me han hecho caer o retroceder un poco. Aunque, gracias a vuestro apoyo y vuestra reconfortante gratitud, me habéis levantado el ánimo. Por eso pongo esos mensajes que intentan ahuyentar a los discordantes.
Mi voluntad, no la última, por supuesto, es que, en esta página, formemos un grupo de amigos con buenas intenciones, para que nos olvidemos de la realidad global y construyamos una vía de escape que nos haga más felices y mejores personas. Para eso, tendréis que vestiros el auténtico traje de la sinceridad. Devolved al sastre, ése que a algunos de vosotros os ha mal confeccionado y vestid el que os aconsejo y seguiré aconsejando: un traje a la medida de vuestra adormecida conciencia, sin dejaros influir por las malas corrientes de estas redes, refugio de todo un poco...
No se trata de querer gozar de la tranquilidad, únicamente, sino que los maleducados tienen la bestial propiedad de encenderme y destrozar mi salud y mi paz. Normalmente, no suelo dormir bien, porque lo que hago, requiere concentración y, siempre termino muy desvelado... Es un problema general para los que usamos la responsabilidad y decencia: nos espabilamos demasiado. De ahí, también, que os tenga que poner esa norma de contestar a vuestros mensajes vespertinos, por la mañana y hasta las tres de la tarde, aproximadamente... ¡Tampoco es tan grave!... ¿No? ~ Creo que no moriréis por eso.
Todo tiene su explicación. Yo no hago nada irresponsablemente, salvo que se trate de un error u omisión. Todo lo que no entendáis, preguntádmelo, casi todos mis actos son reflexivos y ajustados a mi moral o dictados por mi conciencia. Pero, por mi condición de librepensador, muchas veces no entenderéis el porqué de lo que hago o escribo, pero no suelo actuar al tuntún, preguntad y os lo explicaré... Trataos bien entre vosotros y convertíos en auténticos amigos. Invitad a vuestros auténticos amigos a sumarse a este clan. Estas nuevas y últimas normas, han espantado a muchos falsos amigos y me alegro, pues lo que pretendo no es compatible con su comportamiento. Prefiero que seamos menos, pero mejores... Si queréis saber algo más... ¡Preguntad, benditos, preguntad! Y se os contestará... ¡O no!... ¡No, que no!... ¡Que sí!... ¡Que sí, que sí!
No hay comentarios:
Publicar un comentario